¿Cuanta energía gastamos por estar conectados?

Poco a poco nos vamos concienciando sobre la necesidad de lograr un uso responsable de la energía. Queda un largo camino, pero ya nos hemos acostumbrado a mirar las etiquetas de los electrodomésticos o a sacar provecho de la luz del sol que entra por nuestra ventana. Pequeños gestos que nos acompañan en nuestro día a día que demás del ahorro económico, también suponen un paso más para lograr un futuro sostenible.

El vehículo, la luz, los electrodomésticos. Su gasto energético es fácilmente identificable por todos nosotros porque es tangible, ya que oímos la lavadora funcionar, vemos la luz de nuestra lámpara o apreciamos como baja la aguja del combustible. Pero, ¿alguna vez nos damos cuenta de ese pequeño aparato que llamamos router y del que tanto dependemos?

A nivel doméstico, el consumo del parpadeo de los indicadores luminosos de nuestra puerta a Internet no es comparable al consumo de nuestro televisor o nuestro horno. Pero como bien sabemos, cada vez hay más equipos conectados a la red: televisores, móviles, consolas, PCs, etc.

El informe presentado por la Agencia Internacional de la Energía alerta sobre el crecimiento continuo del consumo energético de este sector y de su elevado potencial de ahorro. Es tal el impacto, que se calcula que el gasto energético de todos los dispositivos conectados a la red, suponen un total de 400 TWh anuales, equivalente a la energía producida por 133 plantas térmicas.

Uno de los principales problemas es el conocido como “stand by“. El piloto rojo que habitualmente vemos en los electrodomésticos cuando los dejamos “durmiendo” no es el único responsable del consumo energético del aparato en ese estado de reposo. Los dispositivos conectados utilizan un gran porcentaje de su consumo para mantener la comunicación con la Red. Para que te hagas una idea, échale un vistazo al siguiente gráfico, el cual representa el consumo energético de una consola conectable durante su ciclo de vida. El consumo debido a su conexión a Internet supone el 80% del total. Una barbaridad.

Según sus estimaciones, esto no ha hecho más que comenzar. Se cree que para el 2030, de los 14 billones de dispositivos actuales, se pasarán a 100 billones, lo que supondrá un consumo anual de 1.140 TWh al año, equivalente al consumo energético de Rusia. Para el 2025, el consumo de todos los dispositivos conectables se estima que supondrá el 6% del total de la electricidad consumida. Una cifra nada despreciable que necesita ser tomada en cuenta.

Por suerte, hay posibilidad de mejora. El potencial de ahorro del consumo que necesitan los dispositivos para su conexión a la Red llega hasta el 65%. Si proyectamos estos datos a 2025, el potencia de ahorro supondría 739 TWh, lo que consumen actualmente Canadá, Noruega, Finlandia y Dinamarca en su conjunto.

Pero para lograr estos objetivos, es necesaria una combinación de acciones que afectarían a diferentes agentes: responsables políticos, fabricantes y como no, los consumidores domésticos. No es sólo cuestión de desarrollar nuevos productos más eficientes, sino también de hábitos, como en muchos otros aspectos de la vida.

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